martes, 3 de septiembre de 2013

Últimos días en Atenas (4)

Para el último día completo en Atenas habíamos planeado una jornada de iglesias y museos.

Seguimos madrugando para aprovechar el día y desayunar tranquilos con lo que éramos de los pocos que estábamos por las calles a esas horas ya que era domingo. Una de las actividades de algunas personas los domingos es ir a misa y pensamos que podríamos entrar en alguna iglesia y ver las celebraciones ortodoxas. Con todo el respeto del mundo vimos unos cuantos trozos de misas ortodoxas con la consiguiente explicación sencilla para nuestras hijas del porqué de las diferencias

 

 A las 11h, todos los domingos se produce el cambio de guardia en el monumento a los soldados caídos enfrente del parlamento. Fuimos unos minutos antes, nos hicimos las fotos de rigor con los soldados inmóviles antes de que empezara y conseguimos un buen puesto de observación. Enseguida empezó a oírse el ruido de un grupo de soldados desfilando hacia allí acompañados por su banda militar. El cambio de guardia es toda una coreografía de soldados haciendo sus pasos exagerados pero estéticamente curiosos al igual que el uniforme de gala que llevaban.

 


Al acabar, seguimos al grupo de soldados que se retiraban a su lugar de origen ya que coincidía con nuestro itinerario hacia los museos que queríamos visitar: museo bizantino y museo Benaki.

Nos dirigíamos al museo Bizantino pero vimos la parte de fuera del museo de la guerra y dimos una vuelta por sus cañones, tanques y aviones.
 
 
 
En el museo Bizantino se exponen obras religiosas bizantinas en un formato moderno y claro. También merece la pena su jardín y el bar-restaurante adyacente.

 

Deshaciendo el camino entramos al museo Benaki en el cual al detectar que eramos españoles conseguimos el único folleto explicativo en castellano de todo el viaje. Un vistazo rápido para no cansarnos mucho y para ver algunas de sus colecciones de arte y de costumbrismo.

 


A la salida cogimos la primera puerta que nos adentraba en los jardines nacionales para poder aprovecharnos de la sombra y acortar camino hacia nuestro barrio de Plaka. En los jardines nos dimos de bruces con un minizoo que al ser domingo estaba bastante poblado de familias con niños (más que animales). Comida frugal y siesta en el hotel.

 

Por la tarde queríamos aprovechar para visitar el nuevo museo de la Acrópolis durante las horas de más calor y así lo hicimos. El edificio es espectacular y los precios como en todos los museos muy económicos. Nos centramos en las piezas más representativas para no alargar demasiado la visita. Es muy curiosa la política errática sobre fotografías en el interior del museo ya que en algunos sitios eran permitidas sin problema y en otros prohibidas sin miramientos. Pero a pesar de ese pequeño detalle es un museo que hay que ver y que debería conseguir algunos de sus objetivos: el retorno de piezas de la acrópolis y concretamente del Partenón desde museos en otras partes del mundo.



Para toda la familia las maquetas de la primera planta fueron muy clarificadoras y supusieron la despedida del museo y de su magnífico edificio.

 

El sol empezaba a bajar y decidimos deambular por las calles de Plaka y Monastiraki. Eso nos llevó de nuevo hacia la zona de la biblioteca de Adriano y del ágora romana. Allí descubrimos un restaurante especial: vistas a la Acrópolis, enfrente de las ruinas de ágora, calle no muy masificada, música tradicional en vivo y sobre todo comida típica bien de precio. Una buena forma de despedirnos de Atenas.

 


Desde allí paseando por Ermou y saboreando un yogurt helado aparecimos en el hotel. Así que dimos las buenas noches de rigor a la Acrópolis y a dormir.

Al día siguiente teníamos unas horas hasta que nos recogiera el taxi así que las dedicamos a hacer las compras de rigor por las calles peatonales de Plaka

El viaje se había acabado y la sensación era de felicidad por un viaje en familia completo: historia, turismo, diversión, playa, cultura, gastronomía, experiencias juntos, peleas, risas, compras, cofee, llet, ...
 
 
 
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Atenas y el Peloponeso (3)

Para hoy teníamos contratada otra excursión. El objetivo eran Micenas y Epidauro en pleno Peloponeso. El coste era similar a la del día anterior aunque el madrugón no era tan fuerte y nos venían a buscar al hotel.

La excursión en este caso fue en autocar con guía en inglés y muy antipática. La primera parada la tuvimos en Corinto para ver el canal, reponer fuerzas y aliviar necesidades.

 
 
 

La siguiente parada iba a ser uno de los puntos fuertes de día: Micenas. Las ruinas de una de las culturas más enigmáticas del pasado iban a conquistar a toda la familia. Ver la puerta de los leones, bajar a las cisternas, subir a lo que era el palacio principal o admirar las colosales murallas colmó las expectativas y sirvió de excusa para explicar muchas cosas a las más pequeñas o al grande.

 

La tumba de Agamenón se encontraba en el mismo complejo y la entrada valía para ambos monumentos.



Muy cercanas a las ruinas de Micenas y justo antes de comer vimos también las impresionantes ruinas micénicas de Tyrens.

 


Después de comer en un hotel a las afueras de Naplio nos dirigimos a ver algunas de los monumentos destacables de la misma: 2 ciudadelas, puerto y cárcel medieval en medio de la bahía.

 

Por la tarde el famoso teatro de Epidauro esa nuestro destino. El calor era sofocante pero de sombra en sombra visitamos el mayor teatro griego y pudimos comprobar la perfecta sonoridad del mismo de forma que una persona hablando en el centro del escenario en voz baja era escuchada perfectamente desde la última fila. La zona actualmente famosa por el teatro fue un centro dedicado a la medicina y su museo da prueba de ello mostrando gran cantidad de objetos dedicados a la práctica de la medicina en época de los griegos.

 

La vuelta se produjo bordeando la costa del Peloponeso mostrando un paisaje único.

Alrededor de las 19h nos retornaron a un hotel que no era el nuestro lo cual nos provocó algún quebradero de cabeza. El contenido de la excursión es muy bueno pero la  organización de la excursión es claramente mejorable y así se lo hicimos saber. Luego reconocieron su error y se disculparon convenientemente.

Al llegar al hotel explicamos nuestra experiencia y nos dijeron que ellos también organizaban este tipo de excursiones con un coche ya que para 4 personas resulta económicamente interesante para todas las partes. Nosotros ya no pudimos aprovecharlo pero para alguien que se encuentre organizando el viaje tal vez es una opción a explorar.

No había sido tan agotador como el primer día pero había sido intenso. Antes de dormir todavía nos dio tiempo de recopilar experiencias, preparar el día siguiente y darle las buenas noches a la Acrópolis que seguía iluminada en lo alto de la ciudad.
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Atenas en familia (2)

El segundo día prometía ser muy intenso también. La excursión que habíamos contratado por 99€ los 3 grandes y 50€ la pequeña nos debía llevar de crucero durante todo el día por 3 de las islas griegas: Hydra, Poros y Aegina.

A las 7:30h nos recogía un autocar al lado del hotel en el Hard Rock café de Atenas que nos llevó hasta el puerto para embarcar en crucero.
 
El viaje se inició de forma fantástica en la cubierta superior en una mesa de terraza que nos permitía ver la costa cercana y disfrutar de la brisa marina.



El viaje a Hydra duró unas 3 horas amenizadas por sirtakis y bailes similares que lo hicieron parecer más corto.

En cuanto apareció el puerto a lo lejos empezamos a hacernos una composición de lugar para intentar localizar un sitio para bañarnos en las aguas turquesa del mar Egeo. Una vez localizadas unas rocas especialmente preparadas para acceder al agua con cemento y escaleras empezamos a disfrutar de la aproximación al puerto con un plan muy claro.

 

Bajamos del barco y empezamos a bordear el puerto hacia la derecha, hacia el lugar elegido. De paso vemos el bonito pueblo y las curiosidad de la isla: no permiten coches ni camiones (excepto el de la basura) y todo el transporte lo realizan con burros.

 

Nos habíamos adelantado al resto que todavía vagaban por el puerto y llegamos al increíble lugar de baño con aguas transparentes, rodeados de rocas y absolutamente solos, al menos un rato hasta que llegaron otros turistas como nosotros.





El tiempo en la isla era muy limitado, lo cual es uno de los problemas de la excursión, ya que en una hora y media debíamos volver al barco. El baño lo pudimos alargar durante más de media hora y aún tuvimos tiempo de callejear y de llegar hasta el fortín con cañones del lado opuesto del puerto.



Hydra es una preciosidad de isla que puede merecer la pena por si misma.

Muy puntual el barco zarpó hacia Poros, una pequeña isla muy cercana al Peloponeso del cual lo separa un estrecho por el que pasamos con el barco. En una hora y media más o menos en la que aprovechamos para comer en el buffet del barco nos plantamos en el puerto de Poros. La parada duró muy poco tiempo y la verdad es que no es una isla que nos haya cautivado. Hubiéramos preferido estar más tiempo en Hydra y ver Poros desde el barco pero ya estaba hecho.

Después de Poros nos dirigimos hacia Aegina, la más grande de las 3 islas visitadas y allí, dado que la parada duraba 2 horas también pensamos que ir a la playa seria lo mejor. Y eso hicimos, al igual que gran parte de pasaje del barco, pero en esta ocasión a una playa de lo más turística con chiringuitos, tumbonas, familias y guiris.



Una playa muy bonita que nos dio oportunidad de relajarnos más si cabe y de refrescarnos sobre todo. Al cabo de una hora y de camino al barco hicimos varias paradas buscando la compra del producto típico de la isla: el pistacho, del cual son exportadores mundiales.

Habiendo comprado pistachos para toda la familia nos embarcamos de nuevo y de camino a Atenas nos deleitaron con un show de danzas típicas regionales que nos transmitieron una pincelada de la cultura local.



A las 19:30h llegábamos al puerto y alrededor de las 20:00h ya estábamos en el hotel descansando de un día genial que había encantado a toda la familia. La idea de combinar la visita más “cultural”, como la de las ruinas en Atenas, con la más “divertida”, como la del crucero a Hydra, había sido todo un éxito y por el momento nos íbamos a dormir plenamente satisfechos y con la Acrópolis iluminada dándonos las buenas noches.

Viajamos en familia: Atenas (1)

En la llegada por la tarde a Atenas habiamos contratado a traves de hotel un taxi para que nos recogiera en el aeropuerto. El coste de 40€ nos parecía razonable y cómodo para los 4.

La llegada al hotel Acropolis house en pleno Plaka fue rápida y sin problemas. El aspecto exterior del hotel es bueno y la fachada recién restaurada. La subida a la habitación fue algo más impactante ya que el hotel era bastante viejo por dentro aunque parecía limpio. Las escaleras chirriantes, los muebles viejos y el baño antiguo quedaron inmediatamente olvidados al ver la acrópolis desde la ventana. El trato en recepción fue bueno y la ayuda inicial para orientarnos necesaria.



El primer paseo fue hacia la Plaza Sintagma y la calle ermou que nos llevó hasta la plaza Monestiraki y hacia la zona del ágora romana. Un primer contacto necesario para hacerse con las distancias, cenar algo y tomarle el primer pulso a la ciudad.

De vuelta al hotel no muy tarde para preparar el día siguiente.

El segundo día empezó pronto. A las 7h estábamos desayunando en el hotel y alrededor de las 8h ya estábamos entrando en la zona de la Acrópolis, lo que nos permitía evitar el calor sofocante y las masas de turistas como nosotros.

La entrada al recinto de la Acrópolis eran 12 € los mayores y gratis los pequeños. El horario es de 8 a 20h  y la entrada da derecho a entrar a unos cuantos monumentos más.











Una vez visitada la Acrópolis centrándonos en el Partenon, las Cariatides y los  anfiteatros salimos por la puerta contraria que nos permitía continuar la visita con el Agora, la librería de Adriano y el ágora romana pero ahora por dentro.





Una vez realizada completamente la vuelta a la acrópolis volvemos hacia la zona del hotel a comer algo y a descansar para coger fuerzas para la tarde.

El plan de la tarde era ambicioso en cuanto a caminata pero como habiamos descansado nos vimos con ganas. Salimos del hotel hacia templo de Zeus, la puerta de Adriano y el estadio olímpico todo ello bastante agradable ya que nos permitía caminar por entre los jardines nacionales y protegernos del sol y el calor.





La caminata del viaje continuaba y pusimos rumbo al museo arqueológico. Por el camino vimos la universidad, la biblioteca nacional y la plaza Omonia.



El museo arqueológico muestra lo mejor de culturas únicas: micénica, ateniense, cretense, ...



 La vuelta hacia casa no podía ser normal y decidimos volver por un sitio diferente que nos llevaba a Keramikos. Después de un buen rato caminando y de algún momento de duda convenientemente subsanado por amables ciudadanos atenenienses que nos ayudaron a encontrarlo.

El problema es que llegamos unos minutos después de su cierre que se produce a las 17.00h en punto. Damos fe. A pesar de que estaba incluido en la entrada combinada de la Acrópolis ya no pudimos aprovecharla y nos conformamos con verlo desde el exterior.



Desde allí, la calle Ermou, aunque menos glamourosa y algo más peligrosa que la parte más cercana a Sintagma, nos llevó hacia Plaka y hacia el hotel.

Un día intenso que casi había acabado con la resistencia de todos los miembros de la familia. Pero, eso sí, habíamos visitado muchos de los sitios que nos habíamos propuesto y habíamos pateado la ciudad.
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viernes, 26 de julio de 2013

Preparativos de un viaje en familia a Atenas

Esta vez como regalo de cumpleaños de la señora de la casa hemos comprado unos billetes de avión y una reserva de hotel a Atenas.

En el imaginario colectivo todos tenemos a los griegos como origen de nuestra civilización pero además para una profesora de historia pensábamos que debía ser un extra... El resto de familia conchavados para planificar el viaje y ocultarselo a ella hasta el último minuto para generar una sorpresa que o nos echaba de casa a todos o caía desmayada. Casi fue esto último pero eso nos permitió empezar a compartir los prepativos.

Viaje de 5 noches a Atenas con vuelos de Alitalia Barcelona-Roma-Atenas que era la combinación que mejor salia de precio.

Para el hotel buscábamos uno cerca de la acrópolis, con habitación para los 4, que estuviera bien, que incluyera desayuno y que fuera barato. Costó bastante, sobretodo teniendo en cuenta que las fechas de final de julio no ayudaban, pero casi de casualidad salió uno que cumplía casi todas las condiciones. Era el Acropolis house, situado en Plaka, cerca de todo, con una habitación de 4 plazas, con vistas a la acrópolis, que incluía el desayuno y que tenía un precio razonable. Sobre las condiciones de hotel ya veíamos en las fotos que no debía ser gran cosa pero lo reservamos.

Para los preparativos hemos conseguido bastantes guías pero en castellano solo una que es la que hemos aprovechado.



Los planos que vamos a utilizar también son de internet, en blanco y negro pero impresos nos van a permitir tener una primera orientación hasta conseguir algún plano grande y en color ya in situ.

Hemos planeado la visita de 5 noches de la siguiente forma:

Día 1: llegada por la tarde y ambientación en el barrio de Plaka donde está el hotel
Día 2: visita de la Acropolis y del museo de la Arqueología
Día 3: excursión a Hydra
Día 4: excursión a Micenas
Día 5: ver el cambio de guardia y visita a otros museos
Día 6: visitas que hayan quedado, compras de última hora y salida al mediodía


A ver como sale y ya iremos contando...



miércoles, 27 de marzo de 2013

Fósiles marinos en Albarracín

Para acabar nuestra visita a a la zona de Albarracín y no sin oposición por parte de nuestras hijas que estaban bastante cansadas entramos en el centro Mar Nummus perteneciente al grupo Territorio Dinópolis.



El precio es de 5€ para adultos y de 4€ para niños lo que resulta caro para lo que parece contener. Su horario de 10:30 a 14:30 y de 16:00 a 19:00h.

La vista es guiada y la explicación clara, amena, divertida y científica. Durante el rato que dura se enseñan la existencia de mar en la zona hace millones de años, la formación de fósiles y los fósiles marinos de la zona especialmente el ammonites como eje central.



El ammonites, pariente prehistórico de los actuales nautilus, está presente durante todo el recorrido y culmina en la presentación del Albarracinites albarracinensis que es un especimen único en el mundo y encontrado en la zona.






La mascota de Mar Nummus, el ammonites, nos despide de Albarracín después de un día que ha dado mucho de sí.


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Pinturas rupestres y paisaje alrededor de Albarracín

Una buena forma de aprovechar el viaje a Albarracín es visitar alguno de los abrigos con pinturas rupestres de la zona y ver algunas de los múltiples lugares con encanto que pueblan la zona.

A unos 8 kilómetros del pueblo en la zona de Pinares de Ródeno se pueden encontrar abrigos prehistóricos con pinturas rupestres de diversos estilos pertenecientes al arte rupestre levantino declarado Patrimonio de la Humanidad en 1998. Solo esto ya constituye una motivación para mis hijas que llevan una lista con los sitios del Patrimonio de Humanidad de España y los van tachando a medida que los vamos viendo.

En este caso unos abrigos accesibles después de un breve paseo entre pinos y formaciones rocosas son los del Navazo. Dispone de una gran área de aparcamiento y de picnic con claras indicaciones para llegar a los diferentes abrigos con las pinturas.



Nosotros hemos visto 3 abrigos: el de los Toros del Prado del Navazo, el de los Cazadores del Navazo y el de Lázaro ubicados en diferentes caras de la misma montaña.

 


Después de un par de horas bajo una fina lluvia habiendo recorrido diversos caminos y subido algunas pendientes como cabras nos dirigimos hacia otra de las recomendaciones de la zona: la Cascada de Calomarde.

En la carretera de Albarracín a Calomarde, y casi llegando a este último, a unos 15 minutos de coche encontramos una paraje natural de gran belleza. Es una cascada de unos 15 metros que con la cantidad de agua que ha caído este inicio de año presenta una fuerza única.

Existe un área de aparcamiento en el lado del río que da acceso inmediato a las escaleras de acceso indicadas como Molino.



Impactan los cañones de agua entre la piedra con los que se va cruzando la escalera de bajada y el puente que sitúa a los visitantes en medio de la cascada por encima del curso de agua. Lugar de fotografía obligada para todos los miembros de la familia.