La excursión en este caso fue en autocar con guía en inglés
y muy antipática. La primera parada la tuvimos en Corinto para ver el canal,
reponer fuerzas y aliviar necesidades.
La siguiente parada iba a ser uno de los puntos fuertes de
día: Micenas. Las ruinas de una de las culturas más enigmáticas del pasado iban
a conquistar a toda la familia. Ver la puerta de los leones, bajar a las
cisternas, subir a lo que era el palacio principal o admirar las colosales
murallas colmó las expectativas y sirvió de excusa para explicar muchas cosas a
las más pequeñas o al grande.
La tumba de Agamenón se encontraba en el mismo complejo y la entrada valía para ambos monumentos.
Muy cercanas a las ruinas de Micenas y justo antes de comer
vimos también las impresionantes ruinas micénicas de Tyrens.
Después de comer en un hotel a las afueras de Naplio nos
dirigimos a ver algunas de los monumentos destacables de la misma: 2
ciudadelas, puerto y cárcel medieval en medio de la bahía.
Por la tarde el famoso teatro de Epidauro esa nuestro
destino. El calor era sofocante pero de sombra en sombra visitamos el mayor
teatro griego y pudimos comprobar la perfecta sonoridad del mismo de forma que
una persona hablando en el centro del escenario en voz baja era escuchada
perfectamente desde la última fila. La zona actualmente famosa por el teatro
fue un centro dedicado a la medicina y su museo da prueba de ello mostrando
gran cantidad de objetos dedicados a la práctica de la medicina en época de los
griegos.
La vuelta se produjo bordeando la costa del Peloponeso
mostrando un paisaje único.
Alrededor de las 19h nos retornaron a un hotel que no era el
nuestro lo cual nos provocó algún quebradero de cabeza. El contenido de la
excursión es muy bueno pero la organización
de la excursión es claramente mejorable y así se lo hicimos saber. Luego
reconocieron su error y se disculparon convenientemente.
Al llegar al hotel explicamos nuestra experiencia y nos
dijeron que ellos también organizaban este tipo de excursiones con un coche ya
que para 4 personas resulta económicamente interesante para todas las partes.
Nosotros ya no pudimos aprovecharlo pero para alguien que se encuentre
organizando el viaje tal vez es una opción a explorar.
No había sido tan agotador como el primer día pero había
sido intenso. Antes de dormir todavía nos dio tiempo de recopilar experiencias,
preparar el día siguiente y darle las buenas noches a la Acrópolis que seguía
iluminada en lo alto de la ciudad.
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