La llegada al hotel Acropolis house en pleno Plaka fue
rápida y sin problemas. El aspecto exterior del hotel es bueno y la fachada
recién restaurada. La subida a la habitación fue algo más impactante ya que el
hotel era bastante viejo por dentro aunque parecía limpio. Las escaleras
chirriantes, los muebles viejos y el baño antiguo quedaron inmediatamente
olvidados al ver la acrópolis desde la ventana. El trato en recepción fue bueno
y la ayuda inicial para orientarnos necesaria.
El primer paseo fue hacia la Plaza Sintagma y la calle ermou
que nos llevó hasta la plaza Monestiraki y hacia la zona del ágora romana. Un
primer contacto necesario para hacerse con las distancias, cenar algo y tomarle
el primer pulso a la ciudad.
De vuelta al hotel no muy tarde para preparar el día
siguiente.
El segundo día empezó pronto. A las 7h estábamos desayunando
en el hotel y alrededor de las 8h ya estábamos entrando en la zona de la
Acrópolis, lo que nos permitía evitar el calor sofocante y las masas de
turistas como nosotros.
La entrada al recinto de la Acrópolis eran 12 € los mayores
y gratis los pequeños. El horario es de 8 a 20h y la entrada da derecho a entrar a unos
cuantos monumentos más.
Una vez visitada la Acrópolis centrándonos en el Partenon,
las Cariatides y los anfiteatros salimos
por la puerta contraria que nos permitía continuar la visita con el Agora, la
librería de Adriano y el ágora romana pero ahora por dentro.
Una vez realizada completamente la vuelta a la acrópolis
volvemos hacia la zona del hotel a comer algo y a descansar para coger fuerzas
para la tarde.
El plan de la tarde era ambicioso en cuanto a caminata pero
como habiamos descansado nos vimos con ganas. Salimos del hotel hacia templo de Zeus, la puerta de Adriano
y el estadio olímpico todo ello bastante agradable ya que nos permitía caminar
por entre los jardines nacionales y protegernos del sol y el calor.
La caminata del viaje continuaba y pusimos rumbo al museo
arqueológico. Por el camino vimos la universidad, la biblioteca nacional y la
plaza Omonia.
El museo arqueológico muestra lo mejor de culturas únicas:
micénica, ateniense, cretense, ...
La vuelta hacia casa
no podía ser normal y decidimos volver por un sitio diferente que nos llevaba a
Keramikos. Después de un buen rato caminando y de algún momento de duda convenientemente
subsanado por amables ciudadanos atenenienses que nos ayudaron a encontrarlo.
El problema es que llegamos unos minutos después de su
cierre que se produce a las 17.00h en punto. Damos fe. A pesar de que estaba
incluido en la entrada combinada de la Acrópolis ya no pudimos aprovecharla y
nos conformamos con verlo desde el exterior.
Desde allí, la calle Ermou, aunque menos glamourosa y algo más peligrosa que la
parte más cercana a Sintagma, nos llevó hacia Plaka y hacia el hotel.
Un día intenso que casi había acabado con la resistencia de
todos los miembros de la familia. Pero, eso sí, habíamos visitado muchos de los
sitios que nos habíamos propuesto y habíamos pateado la ciudad.
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