El horario de visita es de martes a domingo de 9 a 17h, así que para aprovechar bien el día y evitar colas estábamos allí de los primeros (el hotel se encuentra a 10 minutos escasos).
El precio de entrada de los adultos fue de 25 liras turcas y los menores de 12 gratis. Nada más entrar buscando el Harén descubrimos que se pagaba aparte por tanto antes de iniciar ninguna otra visita por el palacio ya teníamos que volver a pagar y en esta ocasión pagaban grandes y pequeños las 15 liras de rigor.
Ni en una ni otra taquilla entregaron folleto alguno sobre la visita, quedando solo la posibilidad de la audioguía omnipresente en todos los museos o de tirar de guia personal y de documentación variada (folleto y plano de la audioguía encontrados en internet) . Y nos apuntamos a esto último ya que una visita con audioguia se puede hacer muy larga con niños.
La visita al harén era por libre sin tener que esperar a ningún grupo, tal vez por que era pronto, y descubriendo poco a poco la grandeza del lugar y los lujos del sultán. A la salida después de 40 minutos de ruta por el harén existía una exposición sobre el mismo gratuita, abierta hasta el 15 de octubre del 2012, y que mostraba objetos del sultán y allegados: abanicos, cascos, carrozas, vestidos, armas, espejos, peines, ... lo que resultó de mucho interés para las 3 chicas del grupo.
Una vez acabada esa primera fase nos metimos de lleno en la visita del resto del palacio encontrando edificios, tesoros, jardines, y rincones estupendos, destacando los miradores sobre el bósforo y sobre el cuerno de oro.
Última parada: la tienda del museo, inevitable en los viajes familiares
En total son 3 horas largas dentro, que pueden ser más si se encuentran colas a las entradas.
Resulta interesante empezar la visita a Estambul por la plaza de Sultanahmet y Topkapi ya que se convierten en una referencia vayas donde vayas a partir de ese momento: desde otro lado del Cuerno de Oro, cenando en una terraza, desde Asía, desde un barco, ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario