El día anterior contratamos desde el mismo hotel un crucero que concentraba Cuerno de Oro y Bósforo. Al final unos 31€ que superaban con creces nuestros planes iniciales en cuanto a precio aunque coincidían bastante con lo que nos interesaba ver.
La excursión empezaba a las 13:00h recojiéndonos a la puerta del hotel. Con el autocar fuimos a buscar a algún otro viajero y nos dirigimos hacia un puerto más allá del puente de Ataturk por el Cuerno de Oro. El barco era muy cómodo con una zona interior y una cubierta exterior que fue la que ocupamos para tener una visibilidad mejor.
El guía del crucero combinando el inglés con el castellano nos explicó por encima los puntos más interesantes del recorrido que paso a detallar:
1.- Puente Ataturk
2.- Puente Galata
3.- Puerto Eminonu y Mezquita Nueva
4.- Torre Galata
5.- Palacio de Topkapi, Santa Sofía y Mezquita Azul
6.- Salida al Bósforo
7.- A la ida más cercanos a la orilla europea
7.- Palacio de Dolmahbace
8.- Mezquita de Ortakoy
9.- Puente del Bósforo
10.- Bebek
11.- Fortaleza Rumeli
12.- Segundo puente del Bósforo
13.- Parada en Kanlica en la orilla asiática con tiempo para saborear los yogures típicos y de pasear por otro continente
14.- Vuelta pasando más cercanos a la orilla asiática con multitud de yalis a orillas del Bósforo
15.- Fortaleza en la parte asiática (justo en frente de la de Rumeli)
16.- Uskudar
17.- Parada en la Torre Leandro para con una vista 360º hacer patente todo lo que habíamos viajado y donde nos encontrábamos.
18.- Vuelta al puerto de origen en el Cuerno de Oro
Alrededor de las 17h nos esperaba el autocar que a petición popular hizo algunas paradas intermedias para ir dejándonos por el camino. En nuestro caso en el bazar de las especias que nos iba perfecto para aprovechar la tarde y hacer una visita a la Torre Gálata.
Cruzamos el puente de Gálata y subimos caminando por las fuertes pendientes hasta la Torre. Después de unos 20 minutos de cola conseguimos acceder a los reducidos ascensores y subir hasta la parte superior desde donde la vista de todo Estambul es imprescindible.
Difícil mantenerse mucho rato en lo alto porque las dimensiones son muy reducidas y la presión de los visitantes hacen que te muevas con celeridad alrededor de la torre.
La vuelta al hotel la hicimos caminando deshaciendo el camino hecho y siguiendo las vías del tranvía que transcurrían por las inmediaciones.
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